Este patrón de conducta nos lleva a la creencia de que nuestras necesidades no son tan importantes, y que debemos siempre hacer lo que los demás esperan de nosotros.
Buscar apoyo: Comparte tus objetivos de fijación de límites con un amigo de confianza para que te anime.
Mantener una mentalidad abierta y estar dispuestos a reevaluar nuestras prioridades nos permitirá ser más resilientes y efectivos en la gestión de nuestro tiempo.
El ser humano es complejo. Durante el transcurso de la vida, busca satisfacer sus necesidades físicas y aumentar su bienestar psicológico. El hombre siempre se encuentra en constante cambio y en la búsqueda del equilibrio entre cuerpo y mente.
Los límites no son líneas en la arena que alejan a la gente, sino coordenadas internas que marcan dónde te sientes segura y respetada.
En ocasiones, tenemos una lista de tareas o pendientes pero no la cumplimos. Caemos en la ansiedad por lograrlas pero no organizamos nuestro tiempo. Una manera de cumplir los objetivos es crear hábitos o reglas sencillas que nos permitan desarrollar las tareas.
En terapia, puedes practicar estas conversaciones en un espacio seguro. Nuestros psicólogos te entrenarán en comunicación asertiva y manejo de conflictos para que te sientas preparado/a para cualquier respuesta. Pide tu cita y empieza a entrenar.
Al elegir una aplicación, es importante considerar nuestras necesidades personales y el tipo de tareas que manejamos, para asegurarnos de que la herramienta elegida se adapte a nuestro estilo de trabajo.
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Lessen el estrés: saber que estás trabajando en lo que realmente importa puede disminuir la ansiedad y el estrés.
Es esencial revisar y ajustar nuestras prioridades de manera frequent. Las circunstancias cambian y, a veces, lo que period importante ayer puede no serlo hoy. Al tomarnos el tiempo para evaluar nuestras tareas y objetivos, podemos asegurarnos de que seguimos en el camino correcto.
Para conseguir poner límites a los demás y que la situación sea justa tanto para ti como para tus seres queridos, es necesario que aceptes los límites que ponen los demás. Por ejemplo: Si un amigo te dice que no desea ir al cine contigo porque no le apetece ¿Cómo reaccionas?
Lo que piensas impacta en cómo te sientes y en lo que haces. Muchas veces, aprender a priorizarme tus pensamientos distorsionados (interpretaciones erróneas de la realidad) llevan a sentirte culpable por cuestiones que no están bajo tu control o que son injustas para ti.
Todo ello nos lleva a su vez a una conclusión muy concreta. Alzarnos como buenos gestores de nuestro tiempo y de nuestras prioridades no se logra a través de una easy herramienta. No vale con hacernos la clásica lista de “objetivos vitales”.